El incendio que devastó el Museo Nacional de Río de Janeiro, uno de los más antiguos e importantes de Brasil, fue una muestra del peligro que corren los espacios culturales latinoamericanos.
El museo contaba con más de 20 millones de piezas valiosas y las pérdidas fueron casi totales. Entre los materiales que fueron alcanzados por las llamas, se encontraba el cráneo de Luzia, uno de los esqueletos más antiguos encontrado en América.
El episodio generó impotencia y angustia entre los museólogos brasileños, que culpan al presidente Michel Temer de aplicar políticas regresivas en el área de la cultura.
También Argentina está sufriendo la reducción de presupuestos, debido al paso del Ministerio de Cultura al rango de Secretaría. Una transformación que provocará falta de recursos humanos y carencia en las políticas de conservación.
"Si antes dentro de la órbita del Ministerio (de Cultura) estábamos atravesando un momento de crisis, un momento difícil para los museos, que siempre estamos dentro de un gran paréntesis, hoy al depender de otro ministerio como el de Educación, los recortes se van a notar mucho más", señaló a Sputnik Silvana Lovay, doctora en ciencias de la educación y magíster en museología de Argentina.
Lovay enfoca su trabajo en el área de la museología social, una línea que considera al museo como un espacio donde construir a la par con la sociedad.
Esta concepción más comunitaria plantea que la conservación de los espacios culturales es una responsabilidad de los ciudadanos compartida con los museólogos, aunque estos cumplen el papel más importante.
"Por naturaleza nosotros somos los custodios del patrimonio. Nos pertenece a todos, pero nosotros cumplimos un rol que es ineludible como museólogos, y trabajadores de los museos, que es el cuidado y valoración de este material", enfatizó la museóloga argentina.