"La 64 edición del Festival Eurovisión se celebrará en la Expo Tel Aviv [Centro Internacional de Convenciones] en Israel el martes, 14 de mayo, el jueves, 16 de mayo, y el sábado, 18 de mayo de 2019", dice el comunicado.
Los organizadores destacaron que Tel Aviv ganó a otras dos candidaturas que se contemplaban, Jerusalén y Eilat.
Israel ganó el Festival de Eurovisión el pasado 12 de mayo, cuando Netta Barzilai obtuvo el primer lugar con la canción 'Toy'.
La victoria de Barzilai le valió a Israel el derecho de ser sede del concurso.
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El consistorio espera que Eurovisión traiga a Tel Aviv a 20.000 visitantes y unos ingresos de 100 millones de shekels (más de 24 millones euros).
El ministro de Comunicaciones, Ayoub Kara, que supervisa la emisora pública Kan, que retransmitirá el evento, también recibió con agrado la decisión.
"No hay una ciudad más apropiada para organizar un evento cultural de esta magnitud", afirmó.
Kara expresó su esperanza de que "la organización sea perfecta y muestre Israel en todo su esplendor".
Este punto es problemático, ya que la final del concurso es siempre el sábado.
También ha saltado la polémica por parte de los que se oponen a las políticas de Israel hacia los palestinos y piden que se boicoteé el concurso.
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La semana pasada, los organizadores de Eurovisión enviaron una carta al Gobierno israelí en la que solicitaban garantías de que se otorgarán visados a los concursantes y al personal que vendrá para el evento, independientemente de sus opiniones políticas.
Israel aprobó el año pasado una ley que permite a las autoridades negar el acceso a los partidarios del boicot contra el Estado o contra los asentamientos judíos en territorio palestino ocupado.
Desde entonces, ha detenido a muchas personas sospechosas de activismo en el aeropuerto de Ben Gurion, incluido el prominente periodista estadounidense Peter Beinart, cuyo interrogatorio fue criticado y calificado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de "error administrativo".
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Los organizadores también pidieron garantías de que se podrán celebrar ensayos en shabat.
Estas solicitudes podrían obligar a las autoridades a cambiar su política habitual y a un enfrentamiento con los miembros religiosos ultraortodoxos de la coalición de Gobierno.