A los huéspedes caninos se les ofreció un menú elaborado especialmente que contenía golosinas y cócteles especiales llamados 'pupuchinos'. Además, había un área para hacerse fotos, así como una zona de juegos.
Eso sí, la entrada sin un amigo peludo no estaba prohibida. De hecho, el billete para entrar con un bulldog era más barato que para una persona sola. Este no es el primer evento de este tipo que es organizado por el Pug Café. Previamente se habían organizado acontecimientos similares para los carlines y los perros salchicha.
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