Una vez botado, el rompehielos chino pasará una serie de pruebas en el mar y oficialmente entrará en servicio de la Armada china en la segunda mitad de 2019, informó el periódico China Daily.
El nuevo buque del gigante asiático, que tiene un desplazamiento de 13.990 toneladas, mide 122,5 metros de eslora y 22,3 metros de manga, y es capaz de desarrollar una velocidad de 27,8 km/h. Además, puede realizar expediciones de 60 días de duración y alojar a 90 tripulantes.
El buque será equipado con avanzados aparatos de estudio oceanográfico y de monitorización que permitirán a los expertos estudiar la cobertura del hielo polar, las condiciones atmosféricas y las del medio ambiente. Además, estos dispositivos ayudarán a explorar los recursos biológicos y el fondo marino.
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El objetivo del gigante asiático de construir más rompehielos coincide con la reanudación de la competición global en el Ártico. Mientras Rusia es básicamente inalcanzable por el momento gracias a los avances logrados en esta región inhóspita, otros jugadores importantes, como EEUU, anunciaron sus planes de aumentar su presencia en este rincón del planeta e impulsar la explotación económica de sus riquezas naturales.
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En enero, Pekín publicó el documento 'Política ártica china', donde se autoproclamó como "un Estado casi ártico". Así, espera vincular la región con la implementación de su iniciativa 'Un cinturón, una ruta', dirigida a crear rutas logísticas globales.