En tan solo una semana, la nave Perlan 2 rompió su tercer récord de vuelo. Los pilotos, que trabajan en el proyecto Airbus Perlan Mission II, ya habían alcanzado los 63.100 pies y luego los 65.600. Pero esto no había sido suficiente para romper el récord de 73.737 (22.475 metros) impuesto por Jerry Hoyt sobre una nave espía U-2 Dragon Lady en abril de 1989.
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El vuelo, realizado el 2 de septiembre de 2018 por los pilotos Jim Payne y Tim Gardner, no solo traspasó esa meta, sino que atravesó el llamado límite de Armstrong. Esta es la altitud donde la presión atmosférica es tan baja que la sangre humana podría hervir si se expone al aire libre.
Fasten your seat belts & see what it's like to soar above 76,000 feet pressure altitude. Check out this raw footage from today's extraordinary, record-setting flight in the engineless Perlan 2 #glider on #AirbusPerlanMission II.#soaring #avgeeks pic.twitter.com/XRVNMkuyBG
— Perlan Project (@PerlanProject) 3 de septiembre de 2018
Son muchas las naves que pueden alcanzar esas altitudes, pero no todas son capaces de mantener un vuelo sostenido. El récord absoluto de vuelo pilotado lo mantiene el avión espía estadounidense SR-71 Blackbird, que en junio de 1976 llegó a volar sobre los 85.069 pies (25.929 metros) de alto.
No obstante, los pilotos del proyecto Airbus Perlan Mission II no planean detenerse ahí. Se han propuesto alcanzar los 90.000 pies (27.432 metros) de alto y de esta manera establecer un récord absoluto.
A diferencia de las naves espías, el Perlan 2 no tiene motor. Es en realidad un planeador que pesa tan solo unos 680 kilogramos y, gracias a sus enormes alas, puede ser impulsado por las corrientes de aire estratosféricas formadas por los vientos de montaña. De ahí que los pilotos que participan en el proyecto hayan elegido la Patagonia argentina como lugar de experimento.