"Una serie de ejercicios de gran escala de los países de la Alianza Atlántica cerca de las fronteras rusas prevista para otoño provoca preocupaciones", afirmó.
"Seguiremos atentamente las acciones de EEUU y sus socios de la OTAN, nos reservamos el derecho a responder, incluido a través de las contramedidas debidas tomadas para garantizar la seguridad de nuestro país", dijo Zajárova.
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Según la portavoz de la Cancillería rusa, "ya no es un secreto que EEUU y la OTAN planean varias maniobras estratégicas, operativas y tácticas con participación de fuerzas y medios considerables" para practicar operaciones de ofensiva cerca de las fronteras rusas.
En este contexto, destacó que la escala y el carácter de los ejercicios de la Alianza recuerdan cada vez más "la peor época de la Guerra Fría".
Además, Zajárova señaló que "los guiones de los ejercicios y otras actividades de la OTAN para reforzar a gran escala la infraestructura militar en los países bálticos, en Polonia, Bulgaria y Rumanía muestran claramente su carácter antirruso".
Durante la cumbre de la OTAN celebrada en julio de 2016 en Varsovia, la Alianza aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa, al decidir emplazar cuatro batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, que en la actualidad cuentan con unos 4.500 efectivos en total.
El bloque militar explica su ampliación por la necesidad de defenderse ante supuestas amenazas rusas y contener su presunta política de agresión.
Rusia ha advertido en numerosas ocasiones a la OTAN que la ampliación de este bloque militar socava los pactos de la década de los 1990, que proclamaban que nadie garantizará su seguridad a costa de otros, y constituye uno de los mayores desafíos a la estabilidad y la seguridad de Europa.
Moscú también considera que las acusaciones de la Alianza Atlántica carecen de fundamento real, al no existir acción agresiva alguna por parte de Rusia.