"A Moscú hemos venido en camión desde España", revela a Sputnik Javier Gómez, gerente de la prestigiosa Asociación Córdoba Ecuestre.
"Ha sido un viaje de unos 5.000 kilómetros durante el que hemos hecho paradas en Francia, Alemania, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia". Descansos lógicos, añade Gómez, teniendo en cuenta que 5.000 kilómetros —seis días— son muchos kilómetros para diez caballos de pura raza andaluza antes de pisar Moscú.
Gómez recibe a Sputnik justo antes de que dé comienzo la sexta actuación de esta asociación ecuestre cordobesa. Lo hace bajo un sol de justicia. Y ello a pesar de estar en Rusia y a pesar de aquello que suelen decir las malas lenguas de que en Moscú siempre hace frío.
"En Moscú estuve ya hace tiempo, pero aun así es un orgullo y una satisfacción volver, porque es el fruto de un trabajo de muchos años en la Asociación Córdoba Ecuestre. Un trabajo serio y bien hecho. Es lo único que te permite aspirar a esta clase de eventos", dice Gómez.
Una clase de eventos que para la asociación que encabeza Gómez es la culminación de ese esfuerzo. "Nos exhibimos en Roma, durante su carnaval; en Marruecos, en Francia, en Hungría, en Austria, en Eslovenia… Pero creo que la actuación de mayor magnitud y de mayor nivel es la de la Torre Spásskaya", reconoce Gómez.
La Asociación Córdoba Ecuestre ha tenido la suerte de nutrirse del talento de las mejores escuelas de equitación del mundo. Como la Escuela Española de Equitación de Viena —la de más prestigio y renombre del mundo— y la Escuela Nacional de Equitación Francesa. La experiencia que los jinetes cordobeses han ido fraguando a lomos de sus caballos les ha llevado ahora hasta tierras moscovitas. Tierras diferentes, puntualiza Gómez.
"Moscú es diferente. En España tienes de Moscú una concepción completamente distinta a la real. Puedes tener tu opinión sobre ciertas cosas, pero luego cuando las conoces por ti mismo es cuando realmente las puedes valorar. Se han disipado todos los típicos tópicos sobre los rusos con nuestra visita", reconoce Gómez.
Sin embargo, los cuatro jinetes y sus bailaoras aun así temían por la acogida del espectáculo que ofrecen en la Plaza Roja hasta el 2 de septiembre: 'Pasión y duende del caballo andaluz'. Porque, a pesar de que los tópicos por suerte terminan siendo falsos, lo cierto es que la cultura andaluza —y por extensión, toda la española— dista mucho de la rusa. La acogida del público no ha podido ser mejor.
"Al principio tienes tus miedos porque entiendes que las culturas española y rusa son completamente distintas, y te preguntas cómo se van a tomar nuestros números ecuestres. Pero la verdad es que el resultado ha sido fantástico y que les está gustando mucho. Nos han felicitado desde el comité organizador de Torre Spásskaya".
Al final, el barómetro para medir el trabajo y el esfuerzo de estos cordobeses en pleno corazón moscovita son los aplausos. Y los rusos están aplaudiendo a rabiar. 'Bravo' se escucha desde las gradas muy a menudo. ¿Estamos en Moscú o en Córdoba?
"La verdad es que, cuando ven a nuestros caballos y la indumentaria de nuestros jinetes, propia del siglo XVI, la expectación es máxima", dice Gómez pocos minutos antes de que empiece el espectáculo.
Fruto de los primeros pasos de esta colaboración, es la invitación que los jinetes del Kremlin han recibido para asistir a la Feria del Caballo de Córdoba (Cabalcor) que celebra en las Caballerizas Reales de la ciudad entre los días 13 y 16 de septiembre. Será la primera vez que la Escuela de Equitación del Kremlin actúe en España y "será uno de los principales pilares de la feria", explica Gómez orgulloso.
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¿Pero entenderá el público de la Plaza Roja lo que es el duende andaluz? ¿Sabrá captar ese sentimiento propio del artista a lomos del caballo y esa emoción convertida en puro arte a través de sus bailaoras? Al final, Gómez nos saca de dudas: la equitación es un vehículo que facilita las relaciones entre los países y entre las culturas, dice, y los rusos han captado el mensaje.