De acuerdo con Víctor Espíndola, miembro del Servicio Sismológico Nacional de México, es un error pensar que hay una elevada actividad, ya que estos movimientos se han mantenido dentro de la normalidad.
Por su parte, Hernando Tavera, director de Sismología del Instituto Geofísico del Perú, asegura que la actividad sísmica que se ha evidenciado en el último mes se debe a un proceso natural de convergencia de la placa de Nazca con la Sudamericana.
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"Esta colisión genera una deformación importante en la superficie que, a su vez, genera sismos en las zonas continentales o de las cordilleras. Asimismo, genera una deformación en la placa de Nazca que se introduce por debajo del continente hasta profundidades de 300 kilómetros. En algunas partes, como en la frontera Perú-Brasil o Perú-Bolivia, llega hasta los 700 kilómetros", explica Tavera.
Otros países también podrían verse afectados por el movimiento de estas places. Así, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y, en menor grado, la parte occidental de Argentina, corren el riesgo de experimentar sismos, sostiene Tavera. En Bolivia también podría ocurrir un terremoto por la deformación del continente que forma la Cordillera de los Andes.
¿Habrá más movimientos en el corto plazo?
Ambos científicos coinciden en lo mismo: sí, pero no se sabe cuándo.
"Perú es un país altamente sísmico. Sudamérica en su borde norte y occidental es una zona de mucho dinamismo, por lo tanto siempre van a ocurrir eventos sísmicos de diferentes magnitudes a diferentes niveles de profundidad", asegura el doctor peruano.
"De seguro que esos sismos fuertes de escala 9, como el de Alaska (EEUU) en 1964 y el de Valdivia (Chile) en 1960, se van a volver a repetir, pero las probabilidades de que ocurra son menores porque los periodos en los que se tiene que acumular energía en ciertas regiones son de varios años", subraya Espíndola.
"Fuera de Japón, todos estamos un poco retrasados a la preparación"
Dentro de los países más preparados para este tipo de acontecimiento en la región se encuentra Chile, México y Argentina, destaca el también catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México. Espíndola afirma que "fuera de Japón, todos estamos un poco retrasados en cuanto a la preparación".
Sin embargo, todavía hay mucho por hacer. Se debe exigir a las autoridades la implementación de políticas públicas destinadas a prevenir grandes tragedias y su constante revisión y modernización. Como bien lo explica Espíndola, el país con mayor riesgo no es el que está ubicado en el Anillo de Fuego, sino el más pobre.
Tal es el caso de Haití: a pesar de que el terremoto que sacudió el país caribeño en 2010 fue de 7,0, no mayor que el que sacudió a Venezuela este 21 de agosto, este ha sido una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia, con más de 316.000 personas fallecidas. Este nivel de destrucción no se explica solo con factores geológicos, sino económico-sociales. Haití es uno de los países más pobres de la región.
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Prepararse para una calamidad es igual que prepararse para la lotería, no sabes cuándo y sí te va a tocar el billete 'premiado'. A pesar de que los científicos coinciden en que, en efecto, tendrá lugar un fuerte movimiento telúrico en el continente, cuándo ocurrirá sigue siendo un misterio para la ciencia.