El servicio de inteligencia israelí, Mossad, llamó "Operación Garibaldi" a la acción de inteligencia llevada a cabo en San Fernando, provincia de Buenos Aires, Argentina, en mayo de 1960. La operación consistió en la localización, identificación, secuestro y posterior traslado clandestino del fugitivo jerarca nazi a Israel.
Ese es el argumento de la película que protagoniza Ben Kingsley como Eichmann, quien en 1993 interpretó a una de sus víctimas en La lista de Schindler.
La vida de Eichmann también fue llevada a la pantalla grande en la película homónima de 2007, y en un documental que se estrenó en junio de 2018 y actualmente está en cartel en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires Malba (Malba).
Según la descripción del documental publicada en la página del Malba, se trata de El vecino alemán, que narra la "rara y poco común vida" del genocida en el país sudamericano y su "singular defensa" durante el juicio en Jerusalén a través de los ojos de Renate Libeskind, una joven traductora alemana que vive en la Argentina y que, 50 años después de la condena a Eichmann, fue contratada para traducir el juicio al castellano.
Quién era Eichmann y qué hacía en Argentina
En la puerta número 6067 de la calle Garibaldi de San Fernando residía el teniente coronel de las Schutzstaffel (SS) y su familia.
Eichmann nació en Solingen, Alemania, el 19 de marzo de 1906. Casado con Veronika Liebl, tuvo cinco hijos: Klaus, Horst, Dieter, Ricardo y Nicolás. La familia llegó en 1950 a Argentina, él con un pasaporte falso, en el que figuraba como Ricardo Klement. Trabajó como mecánico en la fábrica de calefones Orbis y en la planta de camiones de Mercedes Benz, y vivió modestamente como un vecino más del barrio hasta el 11 de mayo de 1960.
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Ese día, a las 20.05, agentes israelitas lo capturaron momentos después de que bajara del ómnibus que todos los días lo transportaba desde el trabajo hasta su casa.
Sus captores lo introdujeron a un automóvil y lo llevaron hasta un apartamento en la ciudad de Buenos Aires, a unos 40 minutos de allí. Eichmann pasó cautivo nueve días, hasta que en las vísperas de las celebraciones por el 150 aniversario de la Revolución de Mayo, decidieron concluir su plan en la Argentina y volar a su tierra.
Los israelíes drogaron a Eichmann, le pusieron el uniforme de militar israelí, fueron con él hasta el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y lo subieron a un avión de la línea aérea El-Al, de bandera israelí, como un militar más. "Está borracho", explicaron los oficiales que lo trasladaban.
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El primero en saber que Eichmann estaba en San Fernando fue Lothar Hermann, un judío sobreviviente del campo de concentración de Dachau que había quedado ciego por las torturas sufridas, y que había llegado en 1938 a Argentina.
Hermann contactó a su antiguo camarada Fritz Bauer, el hombre que en ese momento estaba manejando los juicios de Auschwitz, publicó el portal web judío chileno Ananju.
El fiscal se mostró sorprendido por el relato de su antiguo compañero en Dachau, pero sabía que no podía confiar en la justicia alemana, ya que alguien podría delatar la cercanía de su informante con Eichmann, poniendo en peligro su vida y la de la su familia. Bauer informó el dato a los servicios de inteligencia de Israel.
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Fue el agente Zvi Aharoni quien logró dar con el genocida en ese remoto vecindario. El plan había sido diseñado por el primer director del servicio secreto israelí, Iser Har'el, hacía más de tres años.