El futuro verdugo de León Trotski, Ramón Mercader, se presentó ante el revolucionario ruso como Jacques Mornard.
Llegó a Coyoacán por medio de Sylvia Ageloff, una trotskista que colaboraba con el revolucionario ruso de manera ocasional y que no conocía la verdadera identidad del asesino.
La reacción de la mujer cuando supo qué había hecho Mornard fue autolesionarse y rasgarse las vestiduras.
En la vida real, Mercader era catalán, hijo de Caridad del Río Hernández. Su madre fue decisiva para que militara en el Partido Comunista durante la Guerra Civil española y luego viajó a Moscú, donde recibió una formación especial. Allí cambió su nombre por el de Mornard, de nacionalidad belga.
"Mercader se ganó la simpatía meses antes, después del primer atentado. La familia Rosmer, amiga de los Trotski, había llegado de visita a México. Para regresar a París, debían viajar al puerto de Veracruz y Mercader se ofreció a llevarlos, Natalia también los acompañó en ese viaje".