Sin embargo, todavía no hemos entablado contacto con ninguna forma de vida alienígena. Sputnik te presenta algunas de las teorías que tratan de explicar esta circunstancia.
La paradoja de Fermi
Según afirmaba el mítico físico experimental y teórico italiano Enrico Fermi (1901-1954), existe una aparente contradicción entre la probabilidad de que haya otras civilizaciones inteligentes y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones.
"La creencia común de que el universo posee numerosas civilizaciones avanzadas tecnológicamente confrontada a nuestras observaciones, que sugieren todo lo contrario, es paradójica. Nuestro conocimiento o nuestras observaciones son defectuosas o incompletas", reza la paradoja.
No obstante, esta famosa paradoja todavía sigue sin respuesta debido a numerosas observaciones astronómicas.
A su vez, el físico de partículas británico Brian Cox, de la Real Sociedad de Londres, opina que es imposible manejar un planeta "que tiene el poder de destruirse a sí mismo y necesita soluciones globales de colaboración para impedir que eso suceda". De este modo, es posible que cualquier civilización extraterrestre esté destinada a autodestruirse, algo que también amenaza a nuestro planeta, advierte Cox.
"Puede ser que el avance de la ciencia y la ingeniería supere inevitablemente el desarrollo de las experiencias políticas, lo que lleva al desastre", sugiere.
Por su parte, el economista Robin Hanson, del Instituto para el Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford, afirma que existe un obstáculo hipotético, denominado 'el Gran filtro', que impide que las civilizaciones extraterrestres del universo observado se pongan en contacto con los habitantes de la Tierra.
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Según la hipótesis de Hanson, si los alienígenas tuvieran la oportunidad de contactarnos, la Vía Láctea estaría llena de colonias extraterrestres.
Mientras que las civilizaciones del Tipo I pueden aprovechar toda la potencia disponible en un único planeta, las de los Tipos II y III son mucho más avanzadas y son capaces de aprovechar toda la potencia disponible de una estrella o incluso una galaxia, respectivamente. De este modo, debido a que no podemos entender a las civilizaciones superiores a la terrestre, tampoco podemos predecir su comportamiento o comprender y detectar que ya nos han visitado.