Según la Organización Meteorológica Mundial, los últimos tres años fueron los más calurosos desde que se empezó a medir este registro en 1880, y en lo que va de 2018 la tendencia continúa, aunque habrá que esperar a que termine el año para confirmarlo.
Sin embargo, para Carolina Vera, doctora en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Buenos Aires e integrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, es necesario tener en cuenta las distintas variables que intervienen en el clima.
"Lo que estamos experimentando es la variabilidad natural del clima del planeta, que es capaz de generar oscilaciones de la temperatura, de manera tal que pueda llegar a fenómenos extremos como las olas de calor, combinado con el calentamiento global de origen antropogénico", explicó a Sputnik.
2016 fue el año más caluroso, en el cual se registró una temperatura 1,2 grados por encima de la referencia preindustrial. Un año en el que se sumó la variable natural del efecto de El Niño, un fenómeno cíclico relacionado con el aumento de las temperaturas en la parte oriental del Pacífico tropical.
Sin embargo, 2017 tuvo temperaturas más altas pero sin El Niño, y habiendo experimentado el fenómeno contrario, el de La Niña, que presenta temperaturas más bajas.
Te puede interesar: ¿Estás preparado para el gran apagón? El cambio climático amenaza internet
Para tener una perspectiva de lo que implicará a futuro, es necesario observar entonces la tendencia a largo plazo, más que la clasificación de los años de manera particular.
"Lo que hay que contar es cuántos récords se han alcanzado en los últimos 10 años. Porque lo que antes era raro como récord, ahora está siendo cada más frecuente. Y eso es lo que produce el calentamiento global", señaló Vera.