La inestabilidad económica en Turquía provocó la caída de las monedas latinoamericanas, como el real brasileño, el peso uruguayo, el chileno, el colombiano, así como el argentino y el mexicano.
Por lo tanto, se producen unas caídas y se realizan más compras de activos en dólares o en otro tipo de monedas más fuertes como el yen, añadió Gordillo Arias.
"No tenemos relación de ningún tipo económica con Turquía. Es simplemente de percepción de los inversionistas", señaló el analista en referencia a México.
"El inversionista ataca por igual a todas las economías emergentes pero en pocos días empieza a dividir la percepción entre las que sí son directamente afectadas", explicó.
"Nos vamos a ver afectados unos días y creemos que en unos días esto se debe recuperar", agregó con respecto al peso mexicano.
El 15 de agosto, el peso mexicano cerró el mercado de cambios con una apreciación de 1,26% o 24,1 centavos, cotizando alrededor de 18,88 pesos por dólar y recuperó el terreno perdido durante la sesión del 13 de agosto, al disminuir la aversión al riesgo relacionada con la inestabilidad en Turquía, indicó un informe a los mercados del Banco Base al cual tuvo acceso Sputnik.
El 10 de agosto, el presidente de EEUU, Donald Trump, autorizó aranceles del 50% a las importaciones de acero y del 20% a las de aluminio de Turquía, el doble de las tasas aprobadas en marzo pasado por Washington con respecto a la mayoría de los exportadores de esos productos, con unas pocas exenciones.
La tensión en las relaciones entre Ankara y Washington, caldeada también por el caso del pastor estadounidense Andrew Brunson, detenido en Turquía, provocó el desplome de la moneda turca.
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El Banco Central de Turquía prometió otorgar la liquidez necesaria a los bancos del país para frenar la caída de la lira.