"China inició oficialmente el 14 de agosto en la OMC una investigación del proceder de EEUU", dice el comunicado.
"Insistimos en que EEUU (…) empiece a respetar las reglas de la OMC y deje de recurrir a unas medidas erróneas, lo que permitiría que el comercio vuelva al cauce normal", señaló el ministerio.
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Las autoridades estadounidenses llegaron a la conclusión de que entre 2012 y 2016 los productores locales sufrieron cuantiosas pérdidas a causa de los fabricantes chinos, a los que corresponde el 60% de todas las baterías fotoeléctricas y el 70% de los módulos de las baterías solares, sus importaciones aumentaron el 500% en este período y los precios bajaron un 60%, lo que obligó a los empresarios estadounidenses de hecho cesar su fabricación en el territorio nacional.