"No hablamos nunca de nacionalismo, sino de soberanía: en Cataluña no se trata de una lucha independentista nacionalista clásica", afirma entrevistado por el semanario alemán al agregar que "si se quisiese fundar un nuevo Estado nacional, lo podríamos haber hecho hace mucho", calificando el nacionalismo de "peligro para Europa".
El político independentista considera "enriquecedora, tanto política como personalmente" su experiencia en Alemania, donde "no hubo ningún tipo de encuentro desagradable, todos fueron respetuosos y amables aunque no compartieran mi opinión".
En cambio, afirma que "el sistema judicial español tiene más puntos débiles".
"Si los catalanes queremos marcharnos de España es por la experiencia con el régimen de la Constitución de 1978", explica al señalar como ejemplo que "el juz que decide sobre los recursos en mi caso antes había sido senador por el Partido Popular conservador."
Aunque "podamos recurrir al Tribunal de Justicia europeo", sostiene el político catalán, muchos dirigentes indpeendentistas "tendrán que pasar años en la prisión hasta que les den la razón porque España ha violado sus derechos fundamentales".
Prioridad: activar el consejo de la República
"Acordamos que lo más útil para nuestra causa es establecer la sede en la capital europea", manifiesta.
La Casa de la República en Waterloo, sede del Consejo de la República, se financiará con "donativos para ayudar nuestra causa" y que también sirven para costear la defensa legal, asegura Puigdemont al señalar que "ahora mismo solo recibo los salarios que me corresponden como antiguo presidente".
Según el expresidente catalán, "nada de lo que hago desde el pasado otoño lo hago por motivos personales".
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A Puigdemont "no le gusta" haber tenido que abandonar Cataluña, una decisión que justifica porque en España "no tenemos plena libertad de expresión ni garantías de un proceso correcto".
Finalmente, el expresidente de Cataluña ofrece un pronóstico sobre su situación.
"En el mejor de los casos viviré en el exilio muchos años", dice al aseverar que "un análisis pesimista sería que tendría que pasar muchos años en prisión", pero que "si somos optimistas, creemos que volveremos pronto a casa y que todos saldrán en libertad; trabajamos para eso, tengo mucha confianza en la Justicia europea y en el Comité para los Derechos Humanos de la ONU".
Proclamación de una República independiente de España
Aunque Puigdemont insiste en el carácter europeísta del movimiento independentista, a título personal y "como ciudadano europeo", critica que "la Unión Europea no haya dicho nada sobre cómo trataría con una Cataluña independiente" y revela haberse sentido "profundamente decepcionado, sobre todo por el silencio después de la violencia policial durante el día del referéndum".
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El expresidente catalán recuerda que "en las elecciones autonómicas, al menos la mitad votó a partidos que luchan por la independencia".
Además, señala que el actual presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, "también votó en el Senado [cámara alta del Parlamento]" la intervención de la administración catalana por parte del Ejecutivo central con la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, aplicado por vez primera el 27 de octubre de 2017, el mismo día en que el Parlamento de Cataluña declaró su independencia.
"Comprobamos que los socialistas, cuando estaban en el gobierno, no querían ningún tipo de federalismo, no podemos ser tan naifs como para pensar que ahora lo dicen de verdad", critica Puigdemont.
Ahora, continúa, a los independentistas "únicamente nos interesa qué ofertas pone Sánchez sobre la mesa: ¿en qué consistiría la reforma y qué objetivo se perseguirá?"
"Solo hay un partido que está a favor de celebrar un referéndum vinculante en Cataluña: la nueva izquierda de Podemos", lamenta Puigdemont, quien admite pese a todo que "hay otro tono con el Gobierno socialista".
Apoyándose en la opinión de juristas, el político sostiene que "la Constitución Española no prohíbe en ningún sitio un referéndum", sino que, además, España firmó en 1976 "el pacto civil de la ONU según el cual todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación".
"Seamos honestos, nosotros, los catalanes, con solo el 16% de la población española, no tenemos ninguna posibilidad de llevar a cabo una reforma de la Constitución", asegura al añadir que dicha reforma "en España es muy complicada y en 40 años solo se ha hecho en dos ocasiones, por orden de la UE".
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El expresidente catalán afirma que "siempre he querido una Cataluña independiente, pero sin violencia, como resultado de un proceso democrático".
Vida solitaria
Tras rechazar convertirse en "líder" o "mártir" del movimiento independentista, afirma tener "una vida muy solitaria" en la que revisa "miles de cartas" y recibe "diariamente muchas visitas".
"Me siento como si estuviese en arresto domiciliario", confiesa.
Respecto a la Crida Nacional, el movimiento que impulsa y que podría convertirse en partido este otoño, lo define como "lo más adecuado para la situación política de Cataluña".
"Cada generación necesita sus propias formas de hacer política", añade al opinar que "no funciona con los antiguos partidos-fósiles, inmersos en la crisis en toda Europa".
Nada de lo ocurrido, prosigue, es "mérito" suyo, sino que en el proceso "se han unido dos fenómenos: la gran movilización de los ciudadanos y las nuevas tecnologías de la información".
Puigdemont también dice tener contactos con otros movimientos independentistas.
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"Por supuesto que sí: si queremos la independencia para nosotros, ¿cómo no hemos de defender la lucha en otros países?", reconoce al matizar que "cada proceso tiene sus particularidades: no hay ningún sindicato de los movimientos independentistas."