La embarcación rescató a los inmigrantes –entre ellos 73 menores, 67 de los cuales viajan sin acompañamiento de sus progenitores– el pasado viernes en aguas internacionales y fue rechazada ya por las autoridades libias, según informan las ONG Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterránee, que operan el Aquarius.
Los puertos más cercanos al Aquarius ahora mismo son los de Malta e Italia, que anteriormente anunciaron un cambio en su política y cerrando sus puertos a las embarcaciones de rescate de inmigrantes alegando que sus capacidades están sobrepasadas, por lo que todas las miradas están puestas sobre España.
El Aquarius desembarcó en Valencia el pasado 17 de junio con 630 inmigrantes a bordo; su desembarco fue seguido por el desembarco del Open Arms del 9 de julio en Barcelona con 60 inmigrantes, y del 9 de agosto en Algeciras con 87 inmigrantes, entre otras llegadas irregulares, siendo el episodio más importante el asalto de 600 inmigrantes a la valle fronteriza de Ceuta el pasado 26 de julio.
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El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se reunió con la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, en Doñana (Andalucía) con la crisis migratoria como principal punto de la agenda.
Se da la coincidencia que el sábado entró en vigor el acuerdo por el que España se comprometió a acoger a los refugiados que lleguen a Alemania tras haber solicitado asilo en el país ibérico en un plazo de 48 plazos, un acuerdo que los medios describen como simbólico ya que en 2017 no entró ninguno por la frontera austríaca.
La reunión llegó en medio de un debate creciente sobre la inmigración en España, donde aumentó la afluencia de llegadas, y entre críticas de los conservadores del Partido Popular (PP) y liberales de Ciudadanos (C's) por la gestión de la crisis migratoria.
Tanto el PP como C's acusan al Gobierno español de no destinar suficientes recursos a los agentes fronterizos para gestionar las llegadas de migrantes.
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El Ejecutivo de Sánchez espera ahora que Alemania presione a Bruselas para desbloquear el apoyo financiero a Marruecos y Túnez y reforzar la vigilancia fronteriza de dichos países.