"Los acuerdos clave de la OMC contienen una exención especial que permite a los países miembros imponer limitaciones por razones de seguridad y precisamente la vaguedad de esta norma hace posible teóricamente fundamentar cualquier restricción comercial", dijo el letrado a Sputnik.
"Pese a su ilegalidad, las sanciones económicas impuestas a Rusia son un factor de la realidad internacional que los rusos afrontarán durante años", puntualizó.
Doráev encabeza el equipo de abogados de la corporación rusa Rostec en el contencioso con la firma alemana Siemens por la entrega de unas turbinas a Crimea.
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Siemens vendió anteriormente las turbinas a Technopromexport, filial de Rostec, para un proyecto energético en Krasnodar, pero la empresa que estaba encargada de realizarlo se declaró en bancarrota y las vendió a otra filial de Rostec, que las modernizó y usó en la construcción de unas centrales termoeléctricas en Crimea.
Crimea se separó de Ucrania y se reincorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que más del 96% de los votantes apoyaron esta opción.
Las autoridades rusas están seguras de que las turbinas llegaron a Crimea de manera legítima, porque fueron modernizadas a fondo con el uso de tecnologías nacionales.
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Desde la propia Siemens admiten que no tienen pruebas de que las turbinas entregadas a Crimea sean suyas, aunque tienen "razones para suponer que son justamente las máquinas" que habían suministrado antes para el proyecto de Krasnodar.