De acuerdo con Slepniov, las materias procesadas constituyen actualmente el 33% de todas las exportaciones. Esta tendencia de crecimiento de la venta de productos no energéticos viene teniendo lugar en el último año y medio. El experto informó también que la demanda de productos rusos —en particular, los metales (34%), los alimentos (30%) y los productos de papel y madera (26%)— ha aumentado significativamente en los países de la Comunidad de Estados Independientes, Asia Oriental, Europa y Oriente Medio.
El analista indicó que, para alcanzar la diversificación económica, es necesario que las autoridades rusas incrementen los suministros al extranjero de los productos alimenticios, químicos y de maquinaria.
Tras la crisis económica que afectó el país entre los años 2014 y 2016 y la caída de los precios del petróleo, Rusia apostó por no depender de la venta de oro negro y apoyar las exportaciones de materias procesadas a nivel jurídico y comercial, así como lanzó un proyecto prioritario de apoyo de las exportaciones al extranjero de los productos automovilísticos, agrícolas, ferroviarios y aéreos. Las autoridades rusas tienen previsto que los suministros asciendan a 9.300 millones de dólares para 2025.
Asimismo, el aumento de las exportaciones de las materias procesadas no podrá compensar las posibles fluctuaciones de los precios del petróleo, coinciden los expertos. No obstante, Rusia dejará de depender de los precios del crudo una vez que diversifique sus exportaciones, algo que también aumentará los ingresos fiscales en el presupuesto público por parte de las pequeñas y medianas empresas.