Citando fuentes de la Administración Trump, el medio The Wall Street Journal afirmó a finales de julio que los grupos DragonFly y Energetic Bear reciben órdenes directas de las autoridades rusas para causar un apagón en EEUU.
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No obstante, la columnista de Sputnik Galia Ibrahímova cuestionó el realismo de esta amenaza y analizó si es real un ataque de los hackers rusos que podría dejar a EEUU sin electricidad.
Sanciones contra los hackers

La columnista señala que se trata de medidas que no están relacionadas con la informática y tienen un carácter más bien administrativo. Así, se emitirán órdenes de arresto contra los hackers a través de Interpol y se impondrán sanciones contra los sujetos vinculados a los piratas informáticos.
Además, destaca que en el documento se pone un especial énfasis en las amenazas provenientes de los hackers rusos, aunque también se mencionan los especialistas procedentes de Irán, China y Corea del Norte.
Política vs. Informática
A pesar de las acusaciones, el consultor de seguridad en Cisco, Alexéi Lukatski, cuestiona la escala de problemas que experimentan los sistemas estadounidenses.
"La energía es controlada por varias compañías en EEUU. En caso de que un elemento falle, la electricidad es redistribuida para prevenir un apagón", explica a Sputnik.
Así que para poder dejar sin luz a todos los estados de EEUU haría falta un ataque cibernético masivo y coordinado, lo cual requiere muchos esfuerzos y preparación.
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El director de la agencia de tecnologías de espionaje R-Tecno, Román Romachev, coincide en la complejidad de un ataque cibernético similar y se muestra convencido de que se trata de un asunto político interno de EEUU.
De acuerdo con Romachev, se trata de un intento de los demócratas y republicanos de descreditar la Presidencia de Donald Trump por medio de la supuesta 'huella rusa'.
¿Es factible un ataque contra infraestructuras?
El experto en prevención e investigación de crímenes cibernéticos de la compañía Group-IB, Rustam Mirkasimov, cuenta que es posible infectar incluso los sistemas que no estén conectados a internet.
La columnista menciona que los intentos de hackear los sistemas informáticos de estaciones eléctricas, aeropuertos, escuelas y hospitales ocurren con cierta regularidad. El ataque más conocido al sector energético tuvo lugar en Ucrania en 2015.
Los hackers del grupo BlackEnergy introdujeron un virus en el sistema operativo del control tecnológico de la empresa Prikarpatieoblenergo. De ese modo, deshabilitaron 30 subestaciones de distribución y dejaron sin electricidad a más de 200.000 personas. Las autoridades tardaron un mes en devolver el funcionamiento del sistema a la normalidad.
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Probablemente el caso más mediático de hackeo de infraestructuras es el de las instalaciones nucleares de Irán, señala Galia Ibrahímova. En 2010 se detectó el virus Stuxnet en los sistemas informáticos responsables del funcionamiento de la fábrica de enriquecimiento de uranio en Natanz.
Las autoridades de Irán acusaron a Washington y Tel Aviv de haber perpetrado este ataque con la ayuda de Siemens, que entregó el sistema informático Scada para la central nuclear.
Pero en una cosa los entrevistados coincidieron: la principal razón tras los ataques contra objetos de importancia crítica de las infraestructuras es la accesibilidad de las herramientas necesarias para ello y es muy probable que la política no tenga nada que ver con estos ataques.
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