Por Atilio Borón*
Tres días después, y consciente de los devastadores efectos de lo ocurrido en Hiroshima el presidente Harry Truman ordena bombardear la ciudad de Nagasaki, elevando el número total de víctimas bien por encima de 200.000. Los apologistas norteamericanos califican lo ocurrido en esas dos ciudades como operaciones militares, como actos de guerra. Pero no es así: no había allí fuerzas militares con capacidad de librar combate alguno contra la aviación de Estados Unidos. Lo que había en esas dos ciudades eran ancianos, mujeres y niños, que no podían ser movilizados para la guerra. Y estos inocentes pagaron con sus vidas por el solo hecho de estar allí, sometidos a una muerte abrasadora y fulminante.
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Tan grave como lo anterior es que al día de hoy Washington no ha pedido disculpas por el atroz crimen cometido contra Japón. Es un imperio cruel, criminal y encima arrogante. Ni siquiera un módico "I'm sorry" pronunció el presidente Barack Obama cuando visitó Hiroshima en 2016, siendo el primer presidente de Estados Unidos que al menos tuvo un gesto mínimamente humanitario. Y tampoco se disculpó Washington ante los crímenes inmensos perpetrados en Vietnam, cuyas víctimas se miden no en cientos de miles sino en al menos tres millones de personas, amén de la destrucción de buena parte de su territorio con el letal 'agente naranja' y el napalm.
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Fue de esta manera que junto a la analista internacional y periodista Telma Luzzani, la escritora Stella Calloni y el novelista y ensayista Alejo Brignole, elaboramos una serie de ideas que dieron forma al Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses Contra la Humanidad. Juntos también redactamos una Declaración Mundial Contra los Crímenes Estadounidenses a la Humanidad, en donde expresamos una condena colectiva al avasallamiento de la legalidad internacional por parte de EEUU, advirtiendo sobre las amenazas a la paz mundial que comportaba la política imperialista de Estados Unidos y las catástrofes humanitarias creadas a causa de la misma, principalmente en Oriente Medio y especialmente en Siria.
El próximo 9 de agosto, en Santa Cruz de la Sierra, el presidente de Bolivia, Evo Morales, presidirá un gran acto internacional en el cual se dará inicio a la campaña internacional para que ese día sea admitido por la comunidad internacional como el Día de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad.
Estamos seguros de que la inmensa mayoría de la población mundial, que ama y desea la paz, se unirá a esta campaña y el año próximo, en esta misma fecha podremos celebrar un gran congreso con personas procedentes de Europa, Asia, África, Estados Unidos, Oceanía y, por supuesto, de América Latina para unir fuerzas y poner fin a tanta crueldad y tanto dolor.
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También para romper el cerco mediático que la prensa oligopólica erige cuando se expresan verdades incómodas para el imperio. Gracias a las redes sociales y a la prensa comprometida e independiente sabemos que será posible realizar esta labor, que pretendemos sea no solo conmemorativa sino también educativa y organizativa en la búsqueda de una conciencia crítica ante el flagelo que, con sus más de mil bases militares diseminadas por todo el planeta y su gigantesco presupuesto militar, el imperialismo norteamericano produce en todo el mundo.
Este 9 de agosto en Santa Cruz de la Sierra, con la presencia del presidente Evo Morales, se producirá el lanzamiento internacional de la campaña.
*Atilio Borón es doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Es profesor de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET —Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas— de Argentina.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK