El analista ruso Guevorg Mirzayán declaró en un comentario a Sputnik que el caso Brunson es solo la punta del iceberg de los problemas entre ambos países.
"El caso del pastor estadounidense Brunson tiene un evidente carácter político. Todavía no está claro si Brunson es culpable o no, lo decidirá el tribunal. Pero lo más importante tanto para la parte estadounidense como la turca es aprovechar este caso para conseguir sus fines políticos", explicó.
"Sin duda el juicio contra el pastor sirve como un instrumento para ejercer influencia", añadió.
En el peor de los casos, Turquía puede llegar a abandonar la OTAN, pero por ahora es temprano para hablar de este desenlace. Las dos partes se detendrán cuando alcancen las líneas rojas, pero nadie sabe dónde están estas líneas, destacó Mirzayán.
Las tensiones diplomáticas entre Ankara y Washington continuarán con toda probabilidad mientras Erdogan siga en el poder, aclaró Mirzayán.
"En realidad, no se trata de un conflicto entre EEUU y Turquía, sino entre Washington y la Turquía de Erdogan. Son dos cosas diferentes", manifestó.
Es posible que los estadounidenses se llevasen mejor con un Gobierno turco compuesto de miembros del Partido Republicano del Pueblo —actualmente en la oposición—, pero no se sabe qué pasará en las próximas elecciones, porque Erdogan ha obtenido poderes más amplios gracias al reciente referéndum.
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"Esto quiere decir que el presidente actual puede seguir en el poder durante mucho tiempo", enfatizó el entrevistado.
Cambio de sentido estratégico
"A medida que las relaciones con Estados Unidos se deterioran progresivamente desde hace mucho tiempo, Turquía ha optado por el acercamiento a Rusia. Ankara trata de aprovechar su cooperación con Moscú para hacer palanca, en cierta medida, contra Washington", dijo Mirzayán.
"En su juego de equilibrio entre Moscú y Washington, Ankara quiere ganar más capital político y este es un comportamiento absolutamente normal para cualquier Gobierno. No es nada nuevo", indicó.
Por un lado, Turquía mete presión a EEUU y a la Unión Europea con Rusia, e incluso a veces trata de chantajear a Rusia con el asunto sirio, en opinión del experto.
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"Erdogan juega al póquer en política exterior, si bien no se puede excluir que pierda con esta táctica en caso de que Rusia no confíe en sus cartas. Aquí hay que tener en cuenta que las relaciones entre Ankara y EEUU no se limitan a las discrepancias, sino que ya muestran indicios claros de un cisma estratégico entre los dos", concluyó.
El pastor estadounidense Andrew Brunson fue encarcelado en octubre de 2016 por sus presuntos vínculos con el movimiento del clérigo islamista Fethullah Gulen y el apoyo al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, reconocido como terrorista por Ankara. A finales de julio pasado, Brunson fue puesto bajo arresto domiciliario.
Turquía sostiene que Brunson amenazó la seguridad nacional; EEUU alega que el pastor fue víctima de un proceso injusto.
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Las autoridades otomanas acusan al clérigo Gulen de haber sido el cerebro de la intentona golpista que tuvo lugar la noche del 15 al 16 de julio de 2016.
El propio Gulen, quien vive autoexiliado en Pensilvania (EEUU) desde 1999 y en cuya extradición insiste Ankara, rechaza categóricamente su implicación en la asonada, que se saldó con 250 muertos y 2.200 heridos.