Cuando el hombre entendió que la pitón estaba reposando de una gran cena —lo que se notaba por el tamaño de su barriga—, que había tenido como plato principal a sus gallinas, obligó al reptil a devolver sus animales con unos movimientos muy precisos.
Sin embargo, no consiguió salvar a las gallinas, ambas salieron de la barriga del reptil ya muertas.