"La importación de autos y autopartes provenientes de México, resultado de la integración del mercado de América del Norte, no vulnera ni representa una amenaza a la seguridad nacional de EEUU", dijo ante el panel el embajador de México en Washington, Gerónimo Gutiérrez.
En su mensaje, el embajador mexicano enfatizó que "sujetar las importaciones de autos y autopartes mexicanas a aranceles pondría en peligro la seguridad económica de la propia industria en Estados Unidos", comunicó la cancillería.
Desde la perspectiva del Gobierno de México, "las cadenas de suministro en América del Norte fortalecen la base manufacturera de Estados Unidos y contribuyen a la competitividad de los productores estadounidenses con respecto a los asiáticos y europeos".
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Por tanto, el Gobierno mexicano estima que "la imposición arbitraria de aranceles bajo el pretexto de seguridad nacional impactaría negativamente las cadenas de suministro".
La investigación fue abierta a pedido del presidente estadounidense, Donald Trump, amparado en una legislación de los años 1960, con la amenaza de imponer aranceles de hasta 25% a las importaciones de autos desde el país latinoamericano.
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Esa investigación se sumaría a los aranceles impuestos a la importación de acero y aluminio proveniente de los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que EEUU integra con México y Canadá, a pesar de que la balanza comercial en esos rubros favorece a los exportadores de esas materias primas a México.