Hasta el momento no hay certeza sobre qué genera esta desaparición, pero los científicos identifican tres sospechosos: la proliferación de un ácaro llamado Varroa, un hongo parásito llamado Nosema, y el uso indiscriminado de agroquímicos en el campo.
Martín Eguaras es doctor en Ciencias Biológicas, y director del Centro de Investigación en Abejas Sociales con sede en la Universidad Nacional de Mar del Plata. El argentino trabaja desde hace tres décadas en el área de sanidad en apicultura, elaborando curas naturales que permitan detener este declive de las poblaciones de abejas.
Las abejas son fundamentales para el mantenimiento de la vida sobre la tierra debido a su rol como polinizadoras. Al transportar el polen de una a flor a otra, estos insectos aumentan la producción de los alimentos que ingerimos los seres humanos entre un 20 y un 40%.
Los problemas que afectan a estos insectos suponen una amenaza para la población mundial, pero también tiene un efecto nefasto para el mantenimiento de los ecosistemas.
"Las abejas nos ayudan a mantener el planeta vivo. Uno debería imaginarse, por ejemplo, cuando uno va a una verdulería y están todos los colores de la fruta, si uno no tuviera abejas, a lo mejor en lugar de los 20 cajones, habría solo dos. Porque el resto de los 18 de frutas y verduras están ahí gracias a la presencia de las abejas polinizadoras", reflexionó el investigador argentino.