De los 98.470 sufragios para la elección presidencial, enviados por la ciudadanía mexicana desde otros países, el candidato de la izquierda nacionalista logró 64,86% para la coalición Juntos Haremos Historia, que encabezó el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En cambio, el candidato del oficialista José Antonio Meade sufrió una derrota aún más aplastante entre los votantes que viven fuera del país, que solo le dieron 4,28% de sufragios, la cuarta parte del resultado logrado a nivel nacional, que fue 16,43% de los votos totales, el peor en toda la historia el partido Revolucionario Institucional (PRI), fundado en 1929 tras el triunfo de la Revolución Mexicana.
El independiente Jaime Rodríguez Calderón, apodado El Bronco obtuvo 1,90 de votos desde el extranjero, menor al 5,23% del escrutinio nacional.
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De los 109 países de donde fueron recibidos los votos, la mayor cantidad proceden de EEUU, con 76.174; de Canadá con 5.042; y de España con 2.989 sufragios.
El volumen de votos enviados es más del doble que los enviados desde el extranjero en las elecciones presidenciales de 2012, con casi 41.000 sufragios; y el triple de los comicios de 2016, cuando fueron enviados unos 33.000 votos por correo.
Sin embargo, esa enorme fuerza en el Congreso, las más grande para un presidente desde el mandato de Miguel de la Madrid (1982-1988), no es suficiente para obtener las dos terceras partes de votos del Congreso requeridos para modificar la Constitución.
El mandato de López Obrador comenzará el 1 de diciembre, tres meses después de que empiecen las sesiones de la próxima legislatura, el 1 de septiembre.