"Estamos en plena época, tenemos los cálculos hechos, faltaría la decisión política de hacerlo o no, pero ya algunos comenzaron a ponerse nerviosos (…) Según la Constitución, todos los cargos son revocables, es constitucional y políticamente correcto, lo que no es correcto es que no podamos hacer un revocatorio y queramos dar un golpe de Estado", señaló.
El Parlamento venezolano se encuentra bajo una sentencia que inhabilita todas sus funciones desde junio de 2016, luego que se negara a reconocer varias decisiones del Tribunal Supremo de Justicia, órgano que lo declaró en desacato.
Si las intenciones del PSUV se cumplen deberían llamar a un referendo revocatorio para luego llamar a nuevas elecciones parlamentarias.
Desde entonces, todas sus decisiones son consideradas como nulas e írritas y en varias ocasiones Cabello y otros dirigentes oficialistas han planteado la opción de un revocatorio, que permita elegir nuevamente a los diputados que integran el Parlamento.
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En diciembre de 2015, la oposición obtuvo mayoría en el Parlamento venezolano, y desde entonces es el único órgano del Estado que controlan los adversarios del presidente Nicolás Maduro.