El acuerdo de la repartición del producto, firmado entre las partes hace algunos meses, sigue en marcha y está funcionando bien, afirmó la fuente que optó por mantener su anonimato.
"Los kurdos extraen unos 50.000 barriles diarios en los campos petroleros de Remilan y Jabsah, en la provincia de Hasake. Un tercio de esta cantidad va a la planta petrolera en Homs para abastecer las necesidades del Gobierno sirio", explicó.
Los dos tercios restantes se quedan en Hasake, donde se refinan en una planta local y se distribuyen entre los consumidores de la zona.
De todos modos, "el Gobierno sirio intenta liberar todo el territorio del país, lo que significa volver bajo su control todos los yacimientos de crudo".
Y cuando logre esto, la ayuda de Rusia será otra vez importante, sugirió al destacar que los especialistas y las empresas petroleras rusas podrían tener mucho que ver con el proceso de restauración de la industria petrolera y petroquímica de Siria.
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Las inversiones rusas ya están llegando al país árabe, aseguró la fuente, que destaca un gran potencial de las tecnologías de extracción de Rusia para explotar los recursos minerales ubicados en Siria.