El hallazgo lo anunció el propio Ministerio de Antigüedades del país en su cuenta de Facebook. El sarcófago es de granito negro y mide 1,85 metros de alto, 2,65 de largo y 1,65 de ancho. De una capa de mortero que lo cubría cuando el equipo dio con él se deduce que no fue nunca abierto desde el momento en el que se cerró por primera vez, evitando el saqueo y los robos de la que es objeto la inmensa mayoría de sepulcros faraónicos que pueblan el país a manos de los profanadores de tumbas.
Junto al sarcófago se ha hallado el busto desfigurado de un hombre tallado en alabastro que, con toda probabilidad, podría tratarse de la persona enterrada dentro del sepulcro. Muchos usuarios han comenzado a especular desde la cuenta del Ministerio con que podría tratarse de la tumba perdida de Alejandro Magno, debido al periodo en la que está datada, a su localización y al busto, de rasgos más romanos que egipcios.
Debido al rico patrimonio cultural bajo la superficie del país, el Ministerio de Antigüedades suele analizar en ciudades como Alejandría el subsuelo antes de iniciar alguna construcción. Con este descubrimiento, el distrito de Sidi Gaber de la que es la segunda ciudad más importante de Egipto pasará a estar protegido por las autoridades del país.
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