Sus críticas llegaron mientras el gobierno está impulsando una ley, que ya fue aprobada por la Knéset en su primera lectura, que contempla la creación de comunidades exclusivas de acuerdo con su etnicidad.
En la misiva, Rivlin se muestra "preocupado por la amplia naturaleza de ese artículo, que no tiene contrapeso, y puede dañar al pueblo judío y a los judíos de todo el mundo y de Israel, e incluso lo podrían usar como arma nuestros enemigos".
En la versión del proyecto de ley que la Knéset aprobó en su primera lectura en abril, se contempla la creación de comunidades basadas en su origen étnico.
"Esencialmente esto permitiría a cualquier comunidad establecer comunidades residenciales que excluyeran a los judíos sefardíes, a la gente ultraortodoxa, a los drusos, y a la gente gay o lesbiana. ¿Es acaso esto lo que quiere la visión sionista?", dice Rivlin.
En medios jurídicos israelíes se ha criticado este artículo por considerarlo que discriminará de manera oficial a los no judíos.