Trump acaba de introducir aranceles sobre productos chinos por un valor de 34.000 millones de dólares, lo que afecta a cientos de artículos que van desde barcos hasta dispositivos médicos y repuestos de automóviles. No obstante, la nueva medida no afecta a los artículos de ropa y accesorios fabricados por su hija.
Hangzhou HS Fashion, de la provincia de Zhejiang, también declaró que estaba satisfaciendo los pedidos de G-III Apparel Group, que suministra zapatos a la marca Trump.
Hasta enero de 2017, todos los productos de Ivanka Trump se fabricaban en China y Hong Kong, pero desde esa fecha parte de su producción ha sido localizada en Indonesia, Corea del Sur y Vietnam.
Otras empresas y trabajadores de Estados Unidos, en cambio, ya están empezando a notar los efectos de la guerra comercial. China, a su vez, impuso impuestos a productos del mar, soja, productos lácteos, automóviles, manzanas, whisky, comida para animales domésticos o cigarrillos, entre otros, que provinieran de EEUU.
Los agricultores estadounidenses temen no poder vender los productos que en teoría estaban destinados a China y también les preocupa que los proveedores de otros países ocupen su antiguo mercado chino, en el que han dedicado años para poder estar presentes.