"Está indignado con la situación, con el desmonte de la economía, que se revela en los datos (…) Cree que hay una injerencia cada vez mayor de los intereses de las empresas de EEUU, que manipulan al Gobierno golpista y a los empresarios brasileños", dijo Stédile, según una transmisión en vivo hecha a través de las redes sociales por el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.
Después, en un mensaje a los simpatizantes de Lula que acampan a las puertas de la cárcel, Stédile explicó que el expresidente también le expresó su malestar por el hecho de que decenas de menores brasileños indocumentados hayan sido separados de sus padres en EEUU.
El activista criticó, citando las palabras de Lula, que el actual Gobierno se "arrodillara" para recibir con todos los honores al vicepresidente de EE.UU, Mike Pence, el pasado 26 de junio, justo en un momento tan delicado.
Tanto Stédile como Falcão aseguraron que, pese a las dificultades, Lula está "animado y dispuesto" y que les remarcó en varias ocasiones que piensa ser candidato en las elecciones hasta el último momento.
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La mayoría de los actos tendrán lugar a principios de agosto y culminarán con una gran marcha para marcar el registro oficial de la candidatura de Lula, que se realizará el 15 de agosto ante el Tribunal Superior Electoral.
Lula es el favorito en todas las encuestas, con más del 30 por ciento de intención de voto, pero es poco probable que acabe siendo candidato dado que la Justicia brasileña prohíbe las postulaciones de condenados en segunda instancia.
El líder izquierdista fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por presuntos delitos de corrupción y blanqueo de dinero y, por ahora, el Supremo Tribunal Federal negó todas las peticiones que su defensa presentó para obtener la libertad provisional.