"Para mejorar la efectividad en combate de los grupos de ataque de portaviones, es necesario que se desarrolle un nuevo caza (…) El caza furtivo FC-31 se podría usar como modelo para reemplazar al J-15", explica al South China Morning Post el experto naval Li Jie.
El FC-31 despegó por primera vez en 2012 y es más ligero y más pequeño que el J-15. Algo que no sorprende puesto que el diseño de este está basado en uno de los primeros prototipos del Su-33 soviético de cuarta generación, comprado a Ucrania tras la disolución de la URSS, un avión con más de 30 años ya a sus espaldas.
El periódico se hace eco de que los fallos técnicos del J-15 y de sus 33 toneladas de peso han provocado la muerte de un piloto y han herido a otro. En total, recuerda, han sido cuatro las veces que un J-15 ha acabado estrellándose.
Y es que, como subraya una fuente militar al rotativo, "El J-15 es un caza problemático" con su sistema de control de vuelo inestable.
Mientras China está rápidamente avanzando en el ámbito de los portaviones, incluido el desarrollo de la moderna catapulta electromagnética —semejante a la desarrollada para los portaviones estadounidenses—, la necesidad de renovar la flota de sus cazas embarcados se hace cada vez más evidente, dado que EEUU prevé hacerse con los F-35B y los F-35С para sus grandes buques de guerra.