"Casi avergüenza hablar de esto, España es el segundo país del mundo después de Camboya, en número de desaparecidos; que hasta la fecha la Justicia no haya hecho nada para investigar estos crímenes es duro", lamentó el exjuez de la Audiencia Nacional.
Garzón denunció que las propias instituciones españolas se han encargado de entorpecer el proceso.
"Yo lo intenté y fui suspendido durante dos años para luego ser absuelto, así lo decidió el Supremo", indicó.
"Los tribunales superiores pueden anular sus resoluciones, pero no [esgrimir] esa especie de espada de Damocles por reconducir interpretaciones que no son las tradicionales", añadió.
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Para Garzón, "en España el tema del franquismo todavía duele, de modo que yo estoy tranquilo y estuve siempre tranquilo, he pagado un alto precio, pero creo que mereció la pena".
Robos de bebés
En referencia a los crímenes cometidos por la dictadura franquista, el jurista se refirió al robo de bebés.
El jurista insistió en que "esto todavía debe ser investigado, porque todo ser humano tiene derecho a la verdad, a la justicia, a la reparación como garantía de no repetición".
"Estamos trabajando desde la sociedad civil para que no haya olvido", concluyó.
Crímenes de lesa humanidad
Ningún crimen de guerra o de lesa humanidad puede quedar inmune aunque existan leyes locales que busquen frenar el ejercicio de la justicia, declaró el reconocido jurista español.
"Hay crímenes que por su envergadura, por su carácter de lesa humanidad, como genocidio o guerra, no pueden quedar impunes, tienen que ser investigados en cualquier parte del mundo; si en el lugar donde se cometieron hay leyes que impiden investigar, como el caso de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en Argentina o las autoamnistías en otros lugares… pues bien hay que continuar", aseveró.
Según el exjuez de la Audiencia Nacional, "lo más importante es que en el momento en que esos obstáculos desparecen, se reactiva la jurisdicción propia y todo lo que hicimos sirve para que en el país respectivo se reactiven esas investigaciones".
"El verdadero sentido de la jurisdicción universal es proteger a las víctimas, es el último reducto de la justicia para evitar la impunidad", alegó.
"El caso Pinochet fue de gran impacto y trascendencia mediática, pero a mí siempre me gusta resaltar que no es menos importante el primer caso que comencé a investigar y del cual surgieron este y otros, me refiero a la investigación a las juntas militares por desaparecidos españoles y de otras nacionalidades en Argentina durante la dictadura cívico-militar", significó.
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Garzón recordó que "en España fue condenado Adolfo Scilingo a un total de 1084 años de prisión por los 'vuelos de la muerte', es decir, por tirar a los presos vivos desde un avión al Río de la Plata, y también por torturas en la Escuela de Mecánica de la Armada".
"Y en ese contexto se produjo efectivamente la detención de Pinochet en 1998, en aplicación del principio de jurisdicción universal", aseveró.
"Es coherente con todo lo que hizo: dar un golpe de Estado, someter a tortura y a tormentos a miles de personas, privar de libertad y democracia a los chilenos, consideraba estar por encima de todo lo que fuera control democrático, por su mente no podía pasar el ser detenido", rememoró.
Según Garzón, este precedente limitó los movimientos de otros torturadores.
"Todos los que estaban en situación similar a la de Pinochet se la pensaron antes de salir de su país, por si acaso había algún juez extraño que se le ocurriera decir: 'Usted es un criminal de guerra, ha cometido crímenes de lesa humanidad y usted tiene que responder porque las víctimas son universales'".
El jurista concluyó afirmando que "toda la humanidad es víctima de este tipo de delitos y por eso pueden ser perseguidos en cualquier lugar del mundo".