Las tormentas geomagnéticas de magnitud G1 pueden provocar fluctuaciones ligeras en los sistemas energéticos y afectar de modo insignificante sistemas de control de aparatos espaciales, así como causar auroras boreales en altitudes de más de 60 grados.
El paso de la Tierra por corrientes del viento solar no tiene nada de extraordinario y suele suceder en períodos de actividad solar mínima, cuando el campo magnético del Sol se debilita sustancialmente y pierde la capacidad de retener el plasma cerca de la superficie del astro.
No te lo pierdas: Resuelto el misterio de los tornados de plasma en el Sol
Como resultado, aumenta sustancialmente la velocidad y la densidad de las corrientes de partículas que se desprenden del Sol, formando el viento solar.