"Andrés Manuel es un hombre sensible, extremadamente trabajador, comprometido con su larga lucha, con sentido de familia, cariñoso, que disfruta compartir la intimidad con sus hijos, con su esposa, un hombre de palabra forjado ante la adversidad", lo definió su estratega.
Este político de izquierda nacionalista de 64 años de edad y líder de la coalición Juntos Haremos Historia es conocido popularmente por las siglas de su nombre, AMLO.
López Obrador prometió encabezar la "cuarta transformación histórica" del país, después de la independencia de España, la guerra de reforma que separó a la Iglesia Católica del Estado en el siglo XIX, y la Revolución Mexicana de principios del siglo XX.
AMLO demostró ser "un hombre divertido, que se avienta bromas en contra, que saca el lado chusco de las circunstancias adversas, que tiene un gran sentido del humor", sostuvo Clouthier, quien lo conoció en una cena con otras tres personas en 2006, año de la primera contienda presidencial en la que López Obrador denunció un fraude electoral.
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Con una agitada vida pública, marcada por aquella campaña de 2006 en la que se quedó a 0,6 puntos de la victoria, AMLO es un hombre de familia en su vida privada.
Los hijos de su primer matrimonio con Rocío Beltrán, fallecida en 2003, son José Ramón, abogado de 36 años, Andrés Manuel, politólogo de 31, y el sociólogo Gonzalo Alfonso de 25 años.
A estos tres jóvenes que participan en sus campañas, se sumó Jesús Ernesto, de 10 años, hijo que tuvo con su actual esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, comunicóloga posgraduada en letras iberoamericanas, a quien conoció cuando ella era periodista que cubría sus batallas políticas.
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AMLO se define a sí mismo como "terco y radical", mientras su principal estratega declinó ofrecer una definición ideológica: "no le voy a poner adjetivos, ni reformador, ni radical, ni modernizador o conservador", dijo.
AMLO nació en 1953 en el pueblo tropical de Tepetitán del estado petrolero de Tabasco (sudeste), estudió ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México, de 1973 a 1976, pero se graduó una década después en 1987, poco antes de abandonar al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el cual militó casi una década desde 1976.
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Un asunto que atrae la atención de los medios internacionales es el posible giro a la izquierda que AMLO daría a la política exterior mexicana si llega a la presidencia.
"La política exterior estará basada en una política interior fuerte y firme, para poder tener una política exterior de respeto y cooperación, no de intromisión, ni de nosotros hacia afuera, ni de los otros países hacia nosotros", definió Clouthier.
El Gobierno de México vive una confrontación abierta con el presidente de EEUU, Donald Trump, por temas comerciales, de seguridad y migratorios, agravada por el escándalo de los niños migrantes separados de sus padres y mantenidos en jaulas en la frontera.
La política exterior de AMLO hacia el resto de América Latina está basada en la doctrina del siglo XX de no intervención.
"Que cada nación resuelva sus problemas y se haga responsable de su pueblo, y que tome las decisiones propias; ofreceremos cooperación sin intromisión", sintetizó Clouthier.
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La lucha contra la corrupción es la gran bandera que articuló los demás temas de campaña, con la promesa de "barrer las escaleras de arriba hacia abajo".
"La corrupción es un problema que le duele tanto a México, ante el cual, si el presidente tiene autoridad moral, puede exigir que abajo se tenga la misma honestidad", resumió la jefa de campaña.
La otra promesa consiste en "cortar privilegios en las áreas en que ha habido abusos en la función pública, por razones históricas, que enfrentará con austeridad republicana, con la defensa y protección de quienes denuncien esos abusos en el Gobierno".
López Obrador prometió "actuar con respeto a la división de poderes", pero sin venganzas ni cacerías de brujas.
Su adversario centrista, Ricardo Anaya considera esa postura como un "pacto de impunidad adelantado con Peña Nieto".
Clouthier respondió que "al presidente le toca asumir el Poder Ejecutivo, y ante un nuevo líder el Poder Judicial tendrá que seguir el procedimiento de ese caso (Odebrecht) del que se han hecho los locos (ignorándolo), y deberá tomar las riendas del caso" la próxima fiscalía federal, puntualizó.
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El portal Oraculus, que realiza una "encuesta de encuestas" ponderando decenas de estudios, otorga a López Obrador 50% de intención de voto, frente a 27% para Anaya y 20% para el oficialista José Antonio Meade, mientras le da solo 3% al independiente Jaime Rodríguez Calderón.