En la grabación publicada se ve como el pequeño aparato entra en un edificio ocupado por 'los terroristas' por una ventanilla y se detona.
El Rotem mide 97 centímetros de largo y 18 de ancho, se despliega rápidamente y requiere un solo operador para sus misiones.
Los sensores del aparato permiten detectar los blancos posibles incluso durante la noche.
Al elegir su blanco, la aeronave no tripulada puede ejecutar una de las dos maniobras: caer por encima o realizar un descenso suave, acelerado por los motores.
El rápido auge de los drones como armamento va más allá de los clásicos aparatos de reconocimiento o de asalto a distancia.
Ejemplo: Así es Tikad, el dron armado con ametralladoras y fusiles de asalto
Si bien varias fuerzas armadas del mundo buscan hacerse con más equipos no tripulados, también los grupos terroristas en Irak y Siria, como el llamado ISIS (Estado Islámico, organización terrorista proscrita en Rusia y otros países) alcanzaron ciertos éxitos en adaptar los drones comercialmente disponibles para realizar ataques aéreos.
Podría ser una verdadera pesadilla para la seguridad si toma popularidad como herramienta de terror por las células terroristas ubicadas en urbes densamente pobladas.
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