"Hoy ponemos en marcha la primera fase de urgencia del plan de desarrollo de las delegaciones del Govern [Gobierno catalán] en el exterior", explicó Maragall.
Todas ellas cesaron su actividad después de que el Gobierno español activara el pasado 27 de octubre el artículo 155 de la Constitución, que permite al Ejecutivo central —previa autorización del Senado— intervenir una administración autonómica para reestablecer la legalidad.
La activación del artículo 155 de la constitución se produjo después de que el Parlamento de Cataluña ratificara el 27 de septiembre una declaración de independencia unilateral.
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Entre las decisiones adoptadas por el Gobierno central en aplicación del 155 se encontraron múltiples intervenciones hacia el aparato diplomático desarrollado por el Gobierno catalán para comunicar su causa independentista y buscar apoyos en el exterior.
"Los ejes de la acción exterior de Cataluña deben ser representación, presencia e influencia", dijo Maragall, que subrayó que la rehabilitación de estas embajadas supone que el Gobierno catalán "actuará en el exterior con todas las consecuencias, sentidos y responsabilidad".
Además, Maragall anunció que la intención del Gobierno catalán es que en los próximos meses haya más delegaciones en el exterior de las que había antes de la aplicación del 155.
En ese sentido, afirmó que se están realizando trabajos para abrir oficinas en Portugal, los Balcanes e incluso el norte de África.