"Cuando se habla de asociación estratégica quiere decir que se considera importante a la contraparte y, en función de ello, desde el punto de vista económico y comercial, Bolivia podría capitalizar algunos aspectos muy importantes para su desarrollo", afirmó el experto.
Entre esos acuerdos destacaron créditos y donaciones chinos por unos 1.000 millones de dólares, principalmente para proyectos de infraestructura y seguridad, y protocolos fitosanitarios que abren de inmediato el mercado chino para dos productos ecológicos de alto valor como la quinua y el café.
El ministro de Desarrollo Productivo, Eugenio Rojas, dijo a la radio estatal Patria Nueva que el Gobierno confía en resolver "en pocos meses" las observaciones fitosanitarias que todavía impiden la apertura del mercado chino para soja, carne vacuna y otros productos ecológicos bolivianos.
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Rodríguez destacó que estos primeros acuerdos implican el acceso de la pequeña economía boliviana, con un producto interno bruto de apenas 38.000 millones de dólares, a la potencia asiática cuyo PIB es 300 veces más grande y supera los 11 billones de dólares.
Pronosticó que el acuerdo comercial alentará inversiones tanto en la producción como en la industrialización de alimentos bolivianos para China.
"En el campo comercial Bolivia es históricamente deficitaria con el mercado chino, que exporta a Bolivia miles de productos mientras nuestras ventas se reducen a muy pocos productos, principalmente minerales y pequeñas cantidades de alimentos, cueros y madera", recordó el gerente del IBC.
Rodríguez apuntó que "la mayor posibilidad de reacción inmediata y de generación de inversiones en Bolivia en función de ese megamercado (China) está en la producción de soja y derivados y carne vacuna, que pueden tener una fuerte presencia en el mercado asiático".
Sobre la carne, indicó que Bolivia tiene un superávit de 7.000 toneladas que pueden ser enviadas de inmediato a China, o en cuanto se completen los protocolos fitosanitarios.
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De abrirse el mercado chino para ese producto, Bolivia podría incrementar su oferta a 20.000 toneladas en 2019 y "multiplicarla varias veces en función de la seguridad de la demanda", aseguró.
Agregó que, en el caso de la soja, la exportación a China posibilitaría a Bolivia al menos triplicar su actual exportación de 2,5 millones de toneladas anuales.
"Contar con un mercado chino asegurado podría llevarnos verdaderamente a decir sin temor a equivocarnos que las posibilidades de crecimiento de la producción de alimentos serían inconmensurables", insistió.
Consideró a este asunto como "más burocrático que técnico", ya que esos productos bolivianos se comercializan ya en varios países del primer mundo.
Sobre la calidad, Rojas dijo que Bolivia compite con ventaja por sus condiciones ecológicas.
Puso como ejemplo a la quinua real, que se produce en el altiplano andino a 4.000 metros sobre el nivel del mar, en la región de influencia de los salares de Uyuni y Coipasa.
"La quinua real es ecológica, otros países nunca van a producirla igual por más que lleven semilla porque la cuenca de los salares influye", dijo.
Ocurre algo parecido con el café boliviano, que es producido a más de 1.800 metros sobre el nivel del mar, agregó.