"Estados Unidos está ahora empezando a darse cuenta de que Turquía está actuando independientemente. Esto se debe al hecho de que Ankara ha dejado de creer en la potencia y la fuerza de la OTAN", explica el analista.
Según Sudakov, Turquía hace un giro hacia Rusia.
"Los sistemas S-400 son una especie de punto de inflexión en las relaciones entre Turquía y el mundo occidental, al que se unió cuando se convertió en miembro de la OTAN en 1952. Hoy Turquía entiende que el Turk Stream le dará mucho más que las 'garantías de seguridad' estadounidenses, que también salen muy caras", opina.
"De todas maneras, la ventaja en el gran juego político la tiene Turquía. Puede decidir si ser miembro de la OTAN o no, si comprar armas de Rusia o de EEUU. Creo que los turcos piensan abordar estos problemas de manera pragmática: entienden que estar 'enganchados' a la OTAN y comprar solo armas occidentales no es correcto y hay que diversificar las fuentes de suministro", opina Sudakov.
Los legisladores estadounidenses justifican esa decisión con que Ankara planea estrechar la cooperación militar con Moscú y adquirir el avanzado sistema ruso de defensa antiaérea S-400, lo que a su juicio socava la seguridad de la OTAN.
Turquía, que había pedido un total de 100 aviones F-35 y pagó por adelantado 800 millones de dólares a EEUU, califica de chantaje la demanda de anular la transacción de los S-400 con Rusia.
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