"Exhortamos a la parte estadounidense a dejarse llevar por el sentido común y detener las acciones que afectan a ambas partes, esa es la única salida de esta situación", dijo en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang.
El 15 de junio, Trump declaró que Washington implementará aranceles del 25% a productos tecnológicos chinos por 50.000 millones de dólares, es decir, cerca de un décimo de todas las exportaciones chinas al país norteamericano.
Geng Shuang aseguró que China no pretende iniciar una guerra comercial, pero tampoco le tiene ningún miedo.
"Seguiremos tomando medidas efectivas para defender decididamente los intereses del Estado y del pueblo y defender el régimen multilateral del comercio", subrayó el portavoz.
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El 18 de junio Trump amenazó con gravar con un 10% adicional los productos chinos, por valor de unos 200.000 millones de dólares si Pekín "rechaza cambiar de actitud".