"Estamos creando un grupo en la Unión Europea para detener el Nord Stream 2", escribió Poroshenko en la red social Medium.
El mandatario ucraniano argumentó que se trata de "un proyecto absolutamente politiquero orientado contra Ucrania" y que su realización le costará al presupuesto ucraniano casi 3.000 millones de dólares.
Ucrania cuenta con una red de tuberías heredada de la Unión Soviética y que urge una modernización.
Poroshenko agregó que invita a Alemania a unirse a un consorcio internacional para gestionar los gasoductos ucranianos con la condición de que detenga el proyecto Nord Stream 2.
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El mandatario ucraniano recordó que también está en contra de ese proyecto Estados Unidos, país que busca exportar gas licuado a Europa.
La pesadilla de Naftogaz
Ucrania teme que el Nord Stream 2 le haga perder sus ingresos como país de tránsito del gas ruso, puesto que el contrato para el trasvase del combustible entre la empresa ucraniana Naftogaz y la rusa Gazprom expira a finales de 2019.
"La implementación del proyecto Nord Stream 2 viola la legislación europea y tendría consecuencias irreversibles, porque irá matando la competencia en el mercado europeo al impacto del chantaje de Gazprom", escribió.
El director comercial de Naftogaz, Yuri Vetrenko, criticó la posición mantenida por Alemania en este asunto.
"Alemania, sin entrar en detalles, presionó para que firmáramos el acuerdo de 2009, confiando en la parte rusa que decía que ese contrato reunía las normas europeas, pero luego resultó que no tenía nada que ver con estas normas y solo reflejaba la interpretación que les daba Rusia", dijo.
La respuesta de Moscú
Impedir la realización del proyecto Nord Stream 2 viola principios y normas de la competencia libre, denunció el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
El presidente de Gazprom, Alexéi Miller, reiteró varias veces con anterioridad que la compañía puede mantener el tránsito de entre 10.000 y 15.000 millones de metros cúbicos de gas anuales por Ucrania, si ese país demuestra la rentabilidad económica del nuevo contrato.
En Europa
Pese a los esfuerzos de Poroshenko, una serie de países de Europa defienden con convicción y argumentos sólidos la realización del proyecto.
Así, Thomas Oppermann, vicepresidente del Parlamento Federal de Alemania (Bundestag), alegó que Nord Stream 2 no debe convertirse en objeto de sanciones.
"Nord Stream 2 es un proyecto económico importante que apoyamos y que no debe verse amenazado por las sanciones de terceros países", dijo en una reunión con el presidente de la Duma rusa (cámara baja del Parlamento), Viacheslav Volodin, en Moscú.
Anteriormente, la portavoz del Partido del Centro Kerstin Lundgren comunicó a los medios la decisión del Gobierno sueco.
"Esto es algo que nos preocupa", comentó Lundgren, "tiene una gran importancia para la política de seguridad".
La portavoz señaló que esperaba que Suecia coordinase su decisión con Dinamarca, que todavía no ha dado su visto bueno para el tendido del gasoducto.
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A principios de mes, el presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, resumió la visión de su Gobierno al respecto al señalar que para Europa no tiene sentido sustituir los suministros de gas natural licuado de Rusia por los de Estados Unidos, mucho más caro.
"El gas licuado norteamericano cuesta dos o tres veces más que el ruso y desde el punto de vista puramente económico tiene poco sentido sustituir el gas ruso por el gas licuado norteamericano", dijo Van der Bellen en una rueda de prensa al término de sus conversaciones con el presidente Vladímir Putin.
Según medios de prensa, el presidente Donald Trump pidió a la canciller alemana, Angela Merkel, dejar de apoyar el tendido del gasoducto Nord Stream 2.
A cambio, prometió entablar negociaciones sobre un nuevo acuerdo comercial entre EEUU y Europa.
Sin embargo, el destino de Nord Stream 2 cada vez se torna más palpable.