Los titulares de Exteriores de Grecia y de Macedonia, Nikos Kotzias y Nikola Dimitrov, reunidos el 17 de junio en la costa griega del lago fronterizo de Prespa, firmaron un acuerdo que zanja una disputa de casi tres décadas sobre el nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, establece una relación de asociación estratégica entre las dos partes y despeja camino ante Skopje para ser admitido en la OTAN y la UE.
"El Gobierno de la República de Macedonia en su reunión de hoy [el 18 de junio] examinó y aprobó el proyecto de ley sobre la ratificación del acuerdo definitivo sobre la eliminación de divergencias entre las partes (…) y lo llevó al Parlamento", dice el comunicado.
Como resultado del veto presidencial, el documento volverá al Legislativo, que podrá aprobarlo esta vez con la mayoría absoluta de votos.
Según el primer ministro macedonio, Zoran Zaev, serán los ciudadanos los que tendrán la última palabra en el referendo que se convocará en septiembre u octubre.
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La disputa "toponímica" duró 27 años, Grecia insiste en que el país vecino cambie su nombre para que no lo confundan con la región griega de Macedonia.
Skopje espera obtener la fecha del comienzo de las negociaciones de ingreso en la UE en junio y la invitación a unirse a la OTAN en julio.