"Yo no voy a gobernar con espejo retrovisor", dice Duque como parte de su nuevo discurso moderado, a través del cual busca reforzar su eslogan de campaña: "El futuro es de todos" y, de paso, marcar distancia con la línea política del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), que respalda su candidatura.
Sin embargo, para el escenario del 17 de junio el voto en blanco ha cobrado una inusitada intención (cercana al 15%) —según diferentes firmas encuestadoras— debido a la insatisfacción de los electores con las posturas de la derecha y de la izquierda.
Primeros años
Nacido en Bogotá hace 41 años, Duque no sólo es el candidato más joven de las presentes elecciones, sino también de las últimas celebradas en Colombia, ya que César Gaviria (1990-1994) y Andrés Pastrana (1998-2002) llegaron al Gobierno a los 44 años de edad.
Casado y padre de tres niños, Duque es abogado de la privada Universidad Sergio Arboleda, de Bogotá, cuenta con estudios mayores de filosofía y humanidades, así como con una maestría en Derecho Internacional Económico de la American University y Gerencia de Políticas Públicas de la Georgetown University.
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Sin embargo, su formación académica fue criticada en el marco de la contienda electoral luego de que se descubrió que no cuenta con una especialización de la Universidad de Harvard, como señalaba su currículum publicado en la página web de la campaña, sino que había asistido a cursos de corta duración en la Escuela de Negocios y Gobierno de dicha institución.
Asimismo, integró el Ministerio de Hacienda a comienzos del milenio, cuando fue convocado por el ahora presidente Juan Manuel Santos, quien entonces dirigía esa cartera bajo el gobierno de Andrés Pastrana.
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Luego de esa experiencia, Duque emigró a Estados Unidos, donde pasó 13 años y se desempeñó como consultor de la Corporación Andina de Fomento y luego, entre 2001 y 2013, fue alto consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington.
"De él he recibido el mejor ejemplo y lo admiro profundamente", dice Duque respecto de Uribe, pero el respaldo del expresidente significa para su candidatura una circunstancia simultáneamente favorable y adversa, ya que suma a sus seguidores pero carga con el rechazo de quienes se oponen al uribismo.
De consejero a senador
Duque regresó a Colombia en el 2014 para integrarse de lleno al CD, partido que lo incluyó en la lista al Senado y con el cual alcanzó un escaño por elecciones con lista cerrada.
A diferencia de otros integrantes de su partido y del propio Uribe, Duque se precia de tener un pasado pulcro, aunque durante su campaña ha enfrentado señalamientos de la izquierda por supuestamente haber recibido dinero de la multinacional brasileña Odebrecht, con el que habría comprado un apartamento en el distrito estadounidense de Columbia.
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El caso se remontaría a la campaña presidencial de 2014, cuando Duque acompañó a Brasil al candidato derechista Óscar Iván Zuluaga, elecciones que marcaron la reelección de Santos.
Ni con Venezuela ni con las FARC
Tanto durante su paso por el Congreso como durante la campaña presidencial el discurso de Duque ha estado marcado por las críticas al gobierno de Venezuela y al acuerdo de paz con las FARC, las cuales ha mantenido prácticamente invariables aún después de la primera vuelta y que constituyen la base de su apoyo electoral.
"Es urgente que jefes de Estado de países miembros del Estatuto de Roma pidan una investigación formal al dictador que active de inmediato una investigación", dijo el pasado abril en Buenos Aires en un encuentro con los presidentes Sebastián Piñera, de Chile y Mauricio Macri, de Argentina.
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Y aunque se aferra a su idea de que se debe garantizar "que los máximos responsables (…) cumplan sus penas", ha variado su idea tras señalar que no será tras las rejas sino "en granjas agrícolas".
Otros cambios
De cara a la segunda vuelta, Duque ha debido moderar también su discurso respecto de su propuesta de unificar las cortes.
"Nosotros no estamos buscando la revocatoria de las cortes, ni debilitar la acción de tutela, todo lo contrario, fortalecerla como un mecanismo importante para proteger los derechos fundamentales de los colombianos", dijo Duque la semana pasada durante un encuentro con magistrados de la Corte Constitucional.
Sin embargo, ese no es el único punto en el cual el aspirante de derecha ha dado un giro a su propuesta de campaña.
Para algunos sectores, dicho viraje significa un intento por cautivar el voto de los sembradores de coca y de los campesinos, que de manera tradicional se han inclinado hacia la izquierda.
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Ascenso maratónico
Debido a sus posturas fuertes Duque brilló en su único periodo en el Congreso y adquirió la proyección que ahora lo tiene como candidato favorito en las presidenciales, pese a contar con una experiencia de sólo cuatro años en la arena política.
En tan sólo pocos meses Duque pasó de registrar una intención de voto de 8% en febrero a una de 57,2% para las elecciones del 17 de junio, según una medición publicada por la firma encuestadora Invamer Gallup, la cual le da al candidato de izquierda, Gustavo Petro, una intención de voto de 37,3%.
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Según los analistas, ello obedece en buena medida a que "es el candidato de Uribe", ante lo cual Duque asegura que de resultar elegido gobernará con independencia.
"Yo voy a ser el presidente y voy a tomar las decisiones", ha dicho en campaña, aunque también ha matizado que tiene la humildad "para escuchar a las personas que han gobernado bien", en clara alusión a Uribe.
Así, Duque espera hacerse con la Presidencia de Colombia para el periodo 2018-2022 y, de resultar electo frente a Petro, asumirá la dirección de la Casa de Nariño (sede del Gobierno, en Bogotá) el 7 de agosto, cuando el actual mandatario, Juan Manuel Santos, entregará el poder tras dos periodos consecutivos de cuatro años cada uno.