"El Che, como cariñosamente lo bautizamos los cubanos, es mucho más que una imagen. Es un ejemplo de entrega y sacrificio, que lo dejó todo a un lado: su familia, las comodidades y los cargos gubernamentales, por seguir su sueño de una América Latina libre de miserias", comentó a Sputnik el cubano Alfredo González, un joven estudiante universitario que exhibía la imagen del guerrillero en su camiseta.
Por su parte Zenaida Ferguson, una anciana que dijo haber conocido al Che en los primeros días del triunfo de la Revolución cubana, en 1959, afirmó que es "imposible olvidarse" del guerrillero, a quien lo considera un cubano más.
"Lo sentimos tan cubano como cualquiera, aunque no haya nacido en Cuba; aquí dio enormes muestras de valor en las luchas por nuestra independencia y vivirá siempre en nuestros corazones", expresó emocionada.
Para Manuel Iglesias, otro jovencito que cargaba sus libros rumbo a la escuela secundaria, hablar del Che Guevara es revivir la historia.
"Aprendí a conocer al Che en la escuela, cuando era pionero, y nos decían que teníamos que ser como él, seguir su ejemplo, vivir como él; y aunque en aquel momento no comprendía, ahora me doy cuenta que el Che es un espejo de sacrificio para los que queremos una sociedad mejor", aseguró.
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Convertido en comandante guerrillero, después del triunfo revolucionario ocupó importantes cargos del Gobierno cubano, siendo presidente del Banco Nacional y ministro de Industrias, entre otras responsabilidades, hasta que decidió abandonar Cuba e incorporarse a frentes guerrilleros —primero en el Congo y después en las selvas de Bolivia—, lugar donde perdió la vida en combate el 8 de octubre de 1967.