Todavía no estaban en pie las sanciones por la reincorporación de Crimea a la Federación de Rusia mediante un referéndum con más de 96% de apoyo popular, ni el país había sido expulsado del G-8 por estas misma causa en 2014.
"Yo creo que es una gran oportunidad que tiene el pueblo ruso también para ponerse a disposición de la gente, y tratar de voltear un montón de imágenes construidas desde Occidente, especialmente desde ciertos medios estadounidenses. Es un pueblo cálido, yo lo sé".
Así opina el licenciado en Relaciones Internacionales Martín Rodríguez, integrante de la plataforma Fundación Globalizar. En este sentido considera que si bien los televidentes recibirán otro tipo de visión a la que están acostumbrados sobre la potencia euroasiática, los turistas serán quienes tengan más posibilidades de "superar todos los prejuicios" y funcionarán como agentes multiplicadores cuando regresen a sus países.
"El salto de calidad de la pantalla a estar ahí va a ser un choque muy grande, porque no va a haber ningún tipo de narrativa detrás sobre qué es lo que van a estar viendo o con quién van a estar charlando".
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En otro orden, Rodríguez considera que habrá una merma de algunas tensiones internacionales durante el desarrollo del campeonato, aunque tampoco "me sorprendería el avance de algunas cuestiones que estuvieron calentándose en el último tiempo, como la discusión en el G7".