Tras la contracción sufrida en 2014, la economía rusa retomó una tendencia de crecimiento, aunque muy leve, recuerda la revista Militarywatch.
Tras la retirada de EEUU del acuerdo sobre la defensa antimisiles a finales de los 2000 y el escaso rendimiento de las fuerzas rusas en su operación contra las tropas georgianas en el conflicto de 2008, Moscú lanzó un ambicioso programa de modernización de su Ejército.
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El enfoque de la iniciativa no fue alcanzar la paridad con la OTAN, sino hacerse con capacidades diferentes para garantizar la contención del potencial militar del bloque.
"Las defensas antiaéreas, misiles de crucero, misiles tácticos, y, sobre todo, misiles nucleares estratégicos de Rusia pasaron a considerarse entre los mejores del mundo", reza la nota.
El desarrollo de estos sistemas "salió relativamente barato, pero afectó considerablemente al balance de poder entre Rusia y la OTAN", agrega.
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Esta política no es del todo nueva. Históricamente, varios países, incluida la propia Unión Soviética, así como su rival geopolítico, EEUU, acudieron a la reducción de gastos militares una vez lograda una elevada capacidad de contención, recuerda el artículo.
Para la Rusia de hoy, incomparablemente inferior al potencial económico y militar proyectado por la URSS, el fortalecimiento de la economía es una prioridad, y la reorientación de gastos del ámbito militar hacia objetivos civiles es una herramienta para alcanzar las metas de desarrollo que el presidente Vladímir Putin expuso en marzo de 2018.
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El país posee equipos sofisticados capaces de contrarrestar las amenazas desde el extranjero, así como un Ejército más compacto, moderno y profesional que en los períodos anteriores para asegurar sus intereses.
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Y si la estrategia para impulsar el desarrollo económico da sus frutos, la reducción de los puntos porcentuales del GDP dedicados a la defensa no conllevará una disminución real, señala Militarywatch.
"Reducir los gastos militares no significa que Rusia haya optado por salir de la competición de los grandes poderes frente al bloque occidental. Significa un esfuerzo renovado para alcanzar el estatus de una auténtica gran potencia, algo que solo tener un Ejército fuerte no puede asegurar", concluye.