Su posición quedó clara durante las conversaciones que se llevaron a cabo entre los representantes oficiales de Ankara y Washington, informa el diario Hurriyet citando a fuentes diplomáticas.
"La principal demanda de EEUU a su aliado fue cancelar la compra de los S-400 con el argumento de que podría provocar sanciones a Turquía. Los funcionarios turcos rechazaron firmemente la solicitud y subrayaron que estos sistemas se comprarán y se desplegarán porque Turquía los necesita", indica el artículo.
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"Todos los países que nos rodean tienen sistemas de misiles. Imaginen si, por ejemplo, las relaciones con Irán se deterioran en relación con Siria y nos lanzan misiles. ¿Cómo Turquía podrá protegerse a sí misma?", cita el diario la pregunta planteada a los funcionarios estadounidenses por la parte turca.
"Primero, la compra de los S-400 está en contra de los planes de la OTAN de aislar aún más a Rusia. Un proyecto de ley legislado en el Congreso de Estados Unidos en 2017 impone sanciones a los países y compañías que participan en contratos para comprar armamento ruso", sostiene la publicación.
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Al mismo tiempo, Ankara dejó en claro que está listo para cooperar con Washington para evitar una posible amenaza que, según el lado estadounidense, podría representar el uso de sistemas de misiles antiaéreos rusos para la seguridad de aviones de combate fabricados por la OTAN.
Las conversaciones entre Turquía y Rusia sobre la compra de los S-400 se dieron a conocer en noviembre de 2016. La existencia de un contrato fue confirmada por la parte rusa el 12 de septiembre de 2017, al mismo tiempo que se supo que el anticipo del contrato ya se había realizado. Turquía se convirtió en el segundo cliente extranjero del sistema, después de China, y es el primer estado miembro de la OTAN que lo compra.