— ¿Por qué tras concluir sus estudios en España ha decidido obtener el título de maestría en Rusia?
— Cuando ingresé en la Universidad del País Vasco me interesaban dos áreas: la ciencia de los materiales y el sector energético. Elegí la ciencia de los materiales como programa de licenciatura y en la MEPhI tuve la posibilidad de reunir ambas aficiones.
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—¿Le fue difícil ingresar en la MEPhI?
— El proceso fue largo. Intercambié mensajes por correo electrónico durante mucho tiempo y completé muchos formularios. El examen de ingreso no fue muy complicado, hubo varias preguntas generales en el ámbito de la ciencia de los materiales.
—¿En qué se diferencian las universidades de España y Rusia?
— Me parece que no hay muchas diferencias en el proceso educativo. En ambas universidades los profesores dan lecciones y dan a los estudiantes materiales para que estudien por su cuenta.
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En lo que se refiere al número de estudiantes por grupos, tengo ventaja frente a los estudiantes españoles y rusos. En mi grupo de inglés estudia una persona más, aparte de mí. Para comparar: en mi grupo en la Universidad del País Vasco estudiaban 70 personas y en otro grupo, 100.
—¿Qué planea hacer tras finalizar los estudios?
— Mi objetivo principal es encontrar un trabajo lo más pronto posible. No quiero limitar ahora el área de búsqueda pasando por alto algunas opciones. Cuando empecé a buscar una maestría no pensé que llegaría a Rusia. Por eso voy a considerar todas las opciones posibles.
— ¿Cómo ha cambiado su opinión de Rusia tras su llegada?
— En internet se pueden encontrar muchos estereotipos sobre la vida en varios países. Se suele decir que los rusos son fríos y poco emocionales. Mientras que todos los que he conocido aquí son muy amables. No he tenido problemas.
Creo que he superado este prejuicio. Digo a mis familiares y amigos que los rusos no son como se les pintan.
Existe también otro estereotipo: 'En Rusia hace frío'. Esto tampoco es cierto. Por ejemplo, mayo fue un mes caluroso, la temperatura fue más alta que en mi país.
—¿Qué le ha impresionado más de Moscú?
— Hay mucha gente aquí. En la ciudad más grande del País Vasco, Bilbao, viven unos 340.000 ciudadanos y en Moscú, unos 12 millones, según algunas estadísticas. Por eso, hay mucha gente por todas partes. En el Día de la Victoria, el 9 de mayo, fui al centro de la ciudad y me sorprendió el número de personas que paseaban por la calle.
No creo que la situación sea la misma en toda Rusia, estoy seguro de que es la peculiaridad de la vida en la capital.
—¿Planea aprender ruso?
— Ya lo estoy haciendo, el ruso forma parte del programa. En mi grupo de idioma ruso hay un estudiante de Egipto y cinco de Nigeria.
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—¿El proceso de adaptación en Rusia le ha llevado mucho tiempo?
—¿Qué puede recomendar a los que planean estudiar en las universidades de Rusia?
— Recomendaría aprender un ruso básico antes de llegar. Lo hice y esto me ayudó a hacer las compras, preguntar a los conductores si me podrían llevar a algún sitio. No hay que esperar hablar bien ruso al llegar, es mejor estudiarlo con antelación.
En lo que se refiere a los conocimientos de la cultura y la historia, los obtuve de los libros, leí sobre los principales acontecimientos históricos en Rusia a partir de los varegos. Leí sobre las fiestas para entender, por ejemplo, por qué el 1 y 2 de mayo son días festivos y qué pasa el 31 de diciembre. Es especialmente difícil entender por qué se celebra el Año Nuevo según el antiguo calendario y pasar sin celebrar el 24 de diciembre.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 29 ноября 2017 г.
—¿Tiene previsto asistir al Mundial de Fútbol?
— Estaré en Moscú hasta principios de julio, hasta la mitad del campeonato. Si tengo un tiempo libre entre exámenes, trataré de asistir a los juegos. Está claro que es imposible comprar entradas para los juegos más importantes, pero trataré de comprarlas para los juegos de menor importancia.
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