"La politización en la decisión argentina representa una gran preocupación", señaló Rivlin. El equipo argentino dejó claro anoche que su decisión no respondía a cuestiones políticas, según informaron medios argentinos.
"Es realmente una mañana triste para los aficionados, incluidos algunos de mis nietos, pero hay valores que son incluso más grandes que Messi. La politización por parte de Argentina me preocupa mucho", señaló el presidente israelí en un comunicado difundido por su oficina.
La selección argentina decidió el 5 de junio suspender el partido amistoso con Israel después de haber recibido miles de mensajes en el marco de una campaña del movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel (BDS).
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El partido se iba a disputar en la ciudad israelí de Haifa, en el norte del país. Pero el Gobierno israelí decidió trasladarlo a Jerusalén y enmarcarlo en las celebraciones del 70 aniversario de la creación del Estado de Israel.
La parte oriental de Jerusalén está ocupada por los israelíes, según la ley internacional, y la campaña del BDS llamó a los argentinos a no jugar en una ciudad ocupada.