Islas basura, la cara más oscura del uso indiscriminado de plásticos
El consumo abusivo de plástico es una muestra más de cómo los seres humanos estamos destruyendo el planeta. La agencia de Medio Ambiente de las Naciones Unidas informó que cada año, del total de toneladas descartadas, 13 millones se vierten a los océanos, convirtiéndose en grandes islas que destruyen el ecosistema.
"El plástico se va disgregando poco a poco con el tiempo, con la luz ultravioleta, la salinidad, el sol y el movimiento de las mareas. Y ahí es donde empieza el problema. La fragmentación de ese plástico llega a ser tan pequeña, que llega a confundirse con alimentos para las especies marinas, y esto les genera problemas en la salud", explicó a Sputnik Martín Soto Jiménez, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los Gobiernos comenzaron a implementar políticas a nivel mundial pero aún son insignificantes si se tiene en cuenta la urgencia del problema. En América Latina y el Caribe, Chile es el último país en prohibir el uso de bolsas plásticas, regulación que empezará a funcionar a partir de 2019. Antes lo habían hecho países como Colombia, Panamá o Costa Rica.
Si bien es importante que los Gobiernos asuman el compromiso en cuanto a políticas de Estado, también es fundamental la acción de los ciudadanos. Desde esta perspectiva, distintas organizaciones están llevando adelante iniciativas para disminuir el consumo de plásticos. En Uruguay el proyecto Reacción trabaja bajo el concepto de las 3R: reducir, reparar y reciclar.
En los espacios de intercambio y concientización que lleva adelante la organización, se enfrentan a preconceptos arraigados respecto al destino de los residuos.
"Muchos tienen que ver con que, como no sé en dónde termina, no te creo. Entonces hay que hacer visible la cadena de esfuerzos para reciclar. Otro es:'yo no quiero tener siete tachos [contenedores de basura] en mi casa', y le explicamos que no, que con solo dos ya puede hacer la diferencia, aunque obviamente lo podemos mejorar con tres", enfatizó Mariale Ariceta, una de las encargadas de Reacción.
En la provincia argentina de Córdoba las organizaciones sociales también están abocadas al tema. La Fundación Ceipost recorre la ciudad con cestos sustentables de recepción de plásticos.
Según señala Héctor Albaretto, presidente de la Fundación, el problema es que no existe una política que promueva el reciclaje por parte del municipio, y por tanto se han tenido que apoyar en el trabajo conjunto con los ciudadanos.
"Es una ciudad en la que lamentablemente sus habitantes no tienen una cultura de reciclado debido a que diferentes intendentes y ejecutivos no lo han priorizado, pero sí el enterramiento, y se ha llegado a un punto en que Córdoba no tiene lugar donde enterrar sus residuos", señaló. Por lo tanto, es el momento para que programas de este tipo, con una alta participación de la comunidad, sirvan para "educar con el ejemplo".
